Desde que salió a la venta "Mis Recetas Anticáncer" son muchas las preguntas generadas entorno a mi visión del tratamiento que debe seguir un paciente durante su proceso de cáncer.
Así que hoy quiero hablaros del que para mí, sería el tratamiento ideal del enfermo oncológico y de paso contaros un sueño al que le doy vueltas desde que tuve mi cáncer.
Hoy en día, la medicina occidental cuenta con un gran arsenal terapéutico en el que las grandes armas contra el cáncer son la quimioterapia, la radioterapia y la cirugía. Pero empiezan a ganar terreno nuevos tratamientos, como el tratamiento hormonal, la inmunoterapia o los fármacos antiangiogénicos. Poco a poco los tratamientos son menos agresivos y más específicos para los distintos tipos de tumores. Pero aún no hemos llegado a encontrar el fármaco "mágico", aquel que haga desaparecer el cáncer en todos los casos y con los mínimos efectos secundarios. Aún no hemos ganado la batalla al cáncer y por desgracia, aún sigue muriendo mucha gente víctima del cáncer, por eso la palabra cáncer a muchos les suena a maldita, a dolor, a sufrimiento, angustia y desesperanza. Como ya os he dicho en otras ocasiones, a mí al principio me sonó muy mal y me generó una gran ansiedad. Ahora he aprendido mucho de la experiencia y debo darle gracias a la enfermedad, pues me ha cambiado la vida de una forma muy positiva.
Pero vayamos a lo que quería hablaros.
No todos los pacientes sometidos a tratamiento médico responden de igual manera. Siendo el mismo caso, los mismos síntomas y la misma extensión de la enfermedad, hay pacientes que toleran muy bien el tratamiento y sobreviven y otros que toleran mal el tratamiento y/o mueren en poco tiempo, siendo el diagnóstico inicial el mismo. ¿Por qué unos responden y otros no? ¿Por qué hay casos, en los que cánceres muy avanzados revierten rápidamente y la persona sana y en otros casos canceres que en principio estaban muy localizados acaban con la vida del paciente en poco tiempo?
Aquí creo que entra en juego el papel de la persona enferma y es en lo que centro gran parte de mi libro. La actitud frente a la enfermedad juega un decisivo papel en la evolución del cáncer. La manera de afrontar el proceso puede ser decisiva. Podemos optar por no querer involucrarnos en nuestra enfermedad y no recibir ningún tipo de información y limitarnos a hacer lo que el personal sanitario nos indique en cuanto a cual es el tratamiento médico correspondiente o bien tomar un papel activo, hacernos responsables de nuestro proceso y trabajar junto al equipo médico para obtener los mejores resultados posibles y los mínimos efectos secundarios.
Las terapias naturales y el cáncer
Son muchos los pacientes con cáncer que recurren a las terapias naturales. Los pacientes con cáncer que recurren a la medicina complementaria y alternativa en general, no buscan la cura milagrosa, pero sí buscan estimular el sistema inmunitario, aliviar el dolor, o controlar los efectos secundarios que sufren a causa de la enfermedad o del tratamiento. Hay multitud de estudios que demuestran como la alimentación, el bienestar emocional del paciente, la práctica de ejercicio físico y ciertas terapias como la acupuntura y el reiki pueden ser beneficiosas en la evolución de la enfermedad cuando se compara con los pacientes que solo se someten a tratamiento convencional.
El problema surge cuando los pacientes oncológicos no le dicen a su médico que están recurriendo a otros tratamientos alternativos. ¿Por qué mentimos o más bien, por qué ocultamos esta información a nuestro médico? En general porque consideramos que el oncólogo no es la persona adecuada para hablar de estos temas o tenemos miedo a su respuesta y a ser juzgados. Muchas veces es algo más simple todavía: como los oncólogos no nos preguntan, nosotros no contamos. En mi caso, al principio yo conté todos los cambios que estaba haciendo entorno a mi alimentación y bienestar psicológico, como me dijeron que mal no me iba a hacer de una forma muy seca, no volví a comentar nada sobre el tema y continué complementando por mi cuenta. Pero eso no es lo que me habría gustado. Hubiera preferido una conversación fluida con el equipo de oncología en cuanto a terapias naturales que pudieran beneficiarme, contrastar información con ellos, conocer sus experiencias. Solo me comentaron que había tenido una mala experiencia con una mujer que tomaba un suplemento concreto, nada más.
La falta de comunicación entre oncólogos y pacientes es un grave problema. Si los oncólogos hablaran más con sus pacientes sobre el uso de estas terapias, podrían evitarse efectos secundarios indeseados derivados de algunos tratamientos, y se podrían potenciar los efectos beneficiosos de algunas técnicas. Pero claro, para eso también es necesario que el equipo de oncología reciba información veraz y contrastada sobre el tema. El oncológo no te puede aconsejar sobre alimentación si no tiene una formación mínima. Os aseguro que durante la carrera y durante nuestra formación hospitalaria no nos enseñan nada sobre el tema.
Pero, ¿de verdad sirven las terapias naturales?
Hay que tener en cuenta que las terapias naturales no son la panacea, y que existe mucho intrusismo y desconocimiento en este campo. Hay muchas personas que se aprovechan del miedo y la vulnerabilidad de los pacientes con cáncer y les ofrecen curas tan milagrosas como costosas.
Lo que debería imponerse, según creo, es un modelo de oncología integrativa en el que no se prestase atención únicamente a la enfermedad, sino sobre todo al enfermo. El cáncer debería abordarse de manera holística, dando importancia a la alimentación, al bienestar psicológico del paciente, a su entorno y su familia, a la práctica de ejercicio físico… Cualquier servicio de oncología público debería contar, además de con los mismos oncólogos, con nutricionistas y psico-oncólogos con una correcta formación (no me vale el nutricionista que te dice como lo que quieras o el psicólogo que te dice como a mí "en tu situación mejor despídete de tu familia"). En muchos hospitales privados esto ya es así, y del mismo modo que se ofrece la quimio se ofrecen al paciente intervenciones cuerpo-mente individuales y en grupo (psicoterapia, yoga, chikung, meditación…), así como apoyo nutricional individualizado. Dichas intervenciones ayudan al paciente a encontrar apoyo, paz interior, calma y confianza en sí mismo. Por desgracia, este modelo se impone en Estados Unidos y Alemania, pero aquí estamos a años luz y los pacientes que desean complementar con alimentación y tratamiento emocional deben buscar ese complemento fuera del hospital y en ocasiones topan con personal poco cualificado pero muy osado.
Creo firmemente que tenemos que cambiar la manera de enfocar la medicina. Muchos pacientes ya no se conforman con la actitud paternalista y protectora del médico y quieren ser parte activa de su proceso y participar junto al equipo médico en todas las decisiones que le atañen. La comunicación entre oncólogo y afectado, por tanto, debería ser fluida y basada en la confianza mutua. Esta es mi propuesta para conseguir frenar esta “epidemia” de cáncer que nos azota y en la que 1 de cada 3 hombres y 1 de cada 4 mujeres se verá involucrado en algún momento de su vida.
Ahora os cuento mi sueño... me encantaría poder gestionar una casa de reposo en la que se tratase al paciente oncológico de forma integral. Sería una acogedora casa rodeada de naturaleza en la que el paciente pudiese recibir su tratamiento convencional asistido por un oncólogo y personal de enfermería, pero además pudiese ser cuidado y mimado, donde se le enseñase a cocinar y pudiese disfrutar de exquisitas recetas preparadas con alimentos frescos, ecológicos y de temporada. Donde el paciente pudiese practicar ejercicio físico al aire libre: chikung, yoga, paseos... donde se crease un grupo en el que cada uno pudiese expresar libremente sus miedos e inquietudes sin ser juzgado ni cuestionado. Un lugar donde practicar "arteterapia" (pintar, hacer punto, manualidades, etc...) que le ayudase a canalizar y eliminar sentimientos negativos. En definitiva un lugar para el descanso y la paz alejado del modelo hospitalario de frialdad, distancia y escepticismo en cuanto al papel de las emociones y la alimentación entorno al cáncer. Sería algo tan hermoso...
Aprovecho hoy para contaros, que creo que el libro Mis Recetas Anticancer que es, además de este blog, lo que hasta puedo ofreceros a los pacientes oncológicos que deseais ser parte activa de vuestro tratamiento, está siendo un éxito y el día 22 saldrá a la venta la segunda edición. ¡En menos de un menos de un mes la segunda edición! Gracias a todos por vuestro apoyo