Ingredientes para una bandeja de horno:
120 g de harina de espelta
20 g de semillas de girasol
20 gramos de semillas de calabaza
30 g de sésamo
20 g de semillas de lino
10 g semillas de amapola
20 g aceite
50 ml agua
50 ml leche de avena
Especies al gusto (yo he puesto, orenga, cúrcuma, pimentón, comino (poco que da mucho sabor) y pimienta negra)
Para espolvorear: sal molida y más semillas o especias al gusto.
Procedimiento:
1. Con un procesador de alimentos o batidora trituramos las semillas de lino, las de girasol y las de calabaza, las tres por separado porque tienen durezas y tamaños distintos. No las tenemos que moler mucho porque si no empiezan a soltar sus aceites y no nos interesa.
2. En un bol o procesador de alimentos si tenemos, mezclamos el resto de los ingredientes. Tiene que quedar una masa un poco dura pero que se pueda extender con un rodillo fácilmente sin pegarse ni quebrarse. Podemos corregir de harina y/o líquido según veamos.
3. Dejamos reposar la masa una media hora.
4. Encendemos el horno a 180°C calor arriba y abajo.
5. Con un rodillo extendemos la masa sobre papel de hornear. La dejamos bien finita, de unos 2mm de espesor.
6. Espolvoreamos la sal molida y las especias, hierbas y/o semillas que queramos y pasamos el rodillo sin apretar mucho, para pegarlo a la masa.
7. Cortamos la plancha de masa cómo más nos guste. Yo la corto directamente con un cuchillo a cuadraditos y así no tengo que ir separando las galletitas entre ellas y no me sobran restos de masa.
8. Horneamos unos 20 minutos a 180°C. Dependiendo del grosor las deberemos dejar más o menos tiempo. Tienen que quedar crujientes y un poco doraditas.
9. Sacamos las galletas y las dejamos enfriar en una rejilla. Son ideales para tomar con cualquier paté como humus, guacamole, patés de vegetales...
