Consumir los alimentos crudos es la forma más sana y nutritiva de ingerir los alimentos. Cuando calentamos un alimento por encima de 45 grados se empiezan a destruir las enzimas que facilitan su digestión; se destruyen las vitaminas sensibles al calor, como son la vitamina C y B; los minerales se tornan inorgánicos y son más difíciles de asimilar; las proteínas se desnaturalizan y se torna más difícil su digestión.
Por tanto, para aprovechar al máximo los nutrientes lo mejor es no perder tiempo cocinando alimentos y consumirlos como nos los ofrece la naturaleza.
La alimentación crudivegana además de ser cruda excluye lácteos, carne, pescado y huevos de la dieta. Es la dieta que menos estrés digestivo produce; la que menos toxinas genera a nuestro cuerpo, y la que más nutrientes aporta, dejando más tiempo libre a nuestro sistema inmune para dedicarse a su mejor función... sitiar a las células tumorales y eliminarlas de nuestro cuerpo. También nos ayuda a controlar las cifras de glucemia, lo que es indispensable para luchar contra el cáncer. Además previene la aparición de las molestas cándidas orales que suelen asociarse a la quimioterapia.
También mejora nuestras digestiones, nos ayuda a perder peso, nos desintoxica y nos hace sentir más felices. Si además utilizamos alimentos ecológicos estas ventajas serán aún mayores.
Hay situaciones en que puede ser difícil hacer una dieta cruda, como por ejemplo en invierno, estación en que el cuerpo nos pide paliar el frío con alimentos calientes; durante la quimio y radioterapia la mucosa intestinal está irritada y puede apetecer menos comer crudo. Pero siempre que sea posible deberíamos incluir el mayor número de alimentos crudos en nuestra dieta.
En el blog voy dejando recetas crudiveganas que hacen este tipo de dieta apetecible. Normalmente, pensamos en alimentos crudos y en lo primero que pensamos es en una ensalada, pero mas allá de las ensaladas, hay sorprendentes posibilidades tanto dulces como saladas.
Ahora viene el buen tiempo, y con ello mucha variedad de fruta y verdura, que nos va a dar mucho juego a la hora de preparar la comida.
En resumen, la dieta anticáncer debería incluir el mayor número de alimentos crudos posible, y el resto de alimentos deberán ser preparados al vapor, hervidos o a la plancha. Deberemos excluir los horneados, los fritos y los ahumados como veremos en otra entrada.
Y para despedirme os dejo con una foto de un puesto de frutas frescas que visitamos en el Mercado de la Boquería de Barcelona.