¡Ya estamos de vuelta de la isla ibicenca!
Ha sido un viaje maravilloso, nos ha hecho un tiempo estupendo. Un sol brillante nos ha alegrado los días de playa. He podido meditar en preciosas calas solitarias. He caminado por la arena sintiendo el contacto del agua cristalina en mis pies. Nos hemos perdido por diminutas calas, hemos jugado y reído hasta la saciedad. Un viaje maravilloso... para repetir.
Os dejo con una foto tomada desde la terraza del hotel.