En el ajo existe una sustancia llamada aliína que posee unas magníficas propiedades anticáncer. Cuando trituramos un ajo se libera esta sustancia que ayuda a eliminar sustancias tóxicas cancerígenas de nuestro cuerpo, además es capaz de detener el crecimiento de las células cancerosas. Pero para aprovechar bien las virtudes del ajo hay que tomar la precaución de aplastar los dientes enteros con la parte plana de un cuchillo y dejarlos reposar 10 minutos antes de picarlos. De esta manera se activan las sustancias anticancerosas.
También ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre disminuyendo la secreción de insulina y IGF, inhibiendo así el crecimiento de las células cancerosas.
La cebolla, la cebolleta, el puerro y la chalota tienen propiedades similares al ajo como veremos en otra entrada