Científicos israelíes ensayan una terapia que reforzaría el sistema inmune contra la enfermedad
El tratamiento con ImMucin, en fase de desarrollo, podría ser efectivo en el 90% de los tumores
De avanzar en positivo, los investigadores calculan que podría estar en el mercado en seis años
Una nueva vacuna llama ImMucin.
La vacuna ImMucin , según sus desarrolladores, podría ser muy útil en el tratamiento de pequeños tumores detectados tempranamente. Igualmente, podría ayudar a impedir la reaparición de la enfermedad en enfermos ya tratados de cánceres anteriores, sobre todo mediante cirugías y quimioterapia.
El tratamiento con ImMucin, en fase de desarrollo, podría ser efectivo en el 90% de los tumores
De avanzar en positivo, los investigadores calculan que podría estar en el mercado en seis años
Una nueva vacuna llama ImMucin.
La vacuna ImMucin , según sus desarrolladores, podría ser muy útil en el tratamiento de pequeños tumores detectados tempranamente. Igualmente, podría ayudar a impedir la reaparición de la enfermedad en enfermos ya tratados de cánceres anteriores, sobre todo mediante cirugías y quimioterapia.
En cualquier caso, la vacuna se encuentra aún en fase de desarrollo. El siguiente paso estaría dirigido a realizar estudios en pacientes con cáncer de ovarios, próstata y mama para ver los resultados. De avanzar en positivo, los investigadores calculan que la inyección podría estar en el mercado en seis años.
Ante una enfermedad como el cáncer, cuyo desarrollo se basa en evadir la vigilancia del cuerpo, la vacuna proporcionaría al sistema inmune un objetivo alternativo en la lucha contra las células cancerosas
Esta semana, un anuncio generaba expectación y reservas a partes iguales en la comunidad médica. Según avanzaba el diario The Telegraph, científicos israelíes habrían finalizado con éxito el primer ensayo clínico de una vacuna terapéutica capaz de actuar contra la inmensa mayoría de los cánceres y que podría ser comercializada en seis años. El ensayo clínico aún no ha finalizado, pero los primeros resultados abren una ventana a la esperanza. De hecho, de tener éxito, constituiría la noticia más importante de los últimos años y modificaría sustancialmente la esperanza de vida del ser humano.
La investigación la llevan a cabo un equipo de científicos de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, y la compañía farmacéutiva Vaxil Bio Therapeutics. El grupo de investigación ha desarrollado la vacuna ImMucin que, según afirman, es eficaz en el 90% de los cánceres, incluidos algunos de los más letales, como el de pecho o el de próstata. El equipo, según ha explicado la compañía farmacéutica, ha probado por primera vez en humanos un inyección que es capaz de detectar una molécula llamada MUC1, presente entre el 80 y el 90% de los cánceres, así como reforzar al sistema inmune para que ataque al tumor y lo destruya.
Los resultados han sido realmente alentadores. En el ensayo participaron diez pacientes afectados de mieloma múltiple, una forma agresiva de cáncer que afecta a la sangre y que también presenta una importante cantidad de la molécula MUC1. Todos los pacientes habían padecido cáncer y experimentado un nuevo brote tras un periodo de remisión. En el ensayo, los pacientes recibieron cada dos semanas una inyección de la vacuna a lo largo de entre tres y seis meses. Según los investigadores, a partir de la segunda o tercera dosis, el sistema inmunitario de los pacientes ya mostraba cambios.
La molécula MC1
Pero, ¿por qué es tan importante la molécula MC1? En los últimos años, las investigaciones se han centrado en hallar un factor común entre los diversos tipos de cáncer para poder desarrollar investigaciones dirigidas a la creación de la cura universal contra la enfermedad. La molécula MUC1 se caracteriza por estar presente en los tumores de origen glandular (ovario, próstata, intestino, páncreas, mamas y también en el mieloma múltiple, un tipo agresivo de cáncer en la sangre). Estos tipos constituyen más del 80% de los cánceres que afectan a la población y son los más letales.
Esta molécula, denominada MUC1, es una glicoproteína formada por una parte proteica y otra de azúcar. En general, esta molécula está presente en la superficie de las células de los tejidos glandulares cumpliendo un rol de defensa e impidiendo que ciertos patógenos penetren en las células, aunque sin formar parte del sistema inmune. Cuando existe un tumor cancerígeno, esta molécula aumenta en gran cantidad y el sistema inmune no es capaz de detectar la presencia de cáncer.
La inyección del antígeno MUC1, es decir, la nueva vacuna, mezcla la parte proteica de la glicoproteína con aceleradores de la respuesta inmune, lo que provoca que las células T (linfocitos) puedan detectar mejor el crecimiento anormal de la MUC1 y originar una respuesta inmune que ataque los tumores.
En resumen, ante una enfermedad como el cáncer, cuyo desarrollo se basa en evadir la vigilancia del cuerpo, la vacuna proporcionaría al sistema inmune un objetivo alternativo en la lucha contra las células cancerosas. De esta manera, la terapia prepararía al sistema inmunológico para detectar y destruir células cancerosas que contengan dicha molécula, presente en nueve de cada diez tumores.