Hoy os dejo con mi primera colaboración para "El Correo del Sol", un blog que os invito a que visitéis por la interesante información que en él se publica sobre salud, alimentación natural y vida sostenible.
Paso a transcribiros el testimonio.
"La doctora Odile Fernández está a punto de recibir a su segundo hijo. Hace tres años se le diagnosticó cáncer de ovario con múltiples metástasis. Combinó la quimioterapia con un cambio radical en la dieta y en el estilo de vida, y se curó contra todo pronóstico. Ahora está empeñada en "despertar conciencias, en enseñar la importancia de una alimentación sana y equilibrada para tratar el cáncer".
Ha escrito Mis recetas anticáncer (Editorial Urano)".
Me llamo Odile, tengo treinta y cuatro años y soy médico de familia, pero ante todo soy madre de un niño de seis años.
En 2010 me diagnosticaron cáncer de ovario con múltiples metástasis. El pronóstico no era muy alentador. Mis posibilidades de sobrevivir, según las estadísticas, no eran muchas. Sentí la muerte cerca. Tuve miedo, mucho miedo. No podía parar de llorar, me sentí muy deprimida y angustiada. De repente, un día, algo cambió en mí. Dejé de llorar y resurgí de un estado de profunda desesperación. Sentí que no iba a morir, no quería morir, no podía morir. Aún me quedaban muchas cosas por hacer, quería ver a mi hijo crecer y conocer a mis nietos. Quería vivir, quería aferrarme a la vida. Para cada persona la enfermedad va a tener un significado íntimo y diferente, cada uno la va a aceptar y vivir de forma diferente. Este fue mi proceso, y deseo compartirlo contigo.
Una de las cosas que me impulsó a desear vivir fue mi hijo. Un hijo es lo más maravilloso que una mujer puede tener, desde el momento en que nace tu vida queda unida a la suya. El amor de una madre por un hijo es infinito e incondicional. Las madres somos capaces de hacer cualquier cosa para procurar el bienestar de nuestros hijos.
Tras la dura noticia, tras escuchar una y otra vez la palabra CÁNCER en mi cabeza, tuve que digerirla y aceptarla. Cuando acepté que tenía una enfermedad muy grave y podía morir, resurgí. Estaba ya entregada a la idea de morir, pero algo se removió dentro de mí y una oleada de energía y positividad me inundó y decidí poner todo mi empeño en sanar. Sabía que podía perder la batalla, pero iba a entregarme a mi sanación con toda mi alma. Siempre me he entregado al 100% a todos mis proyectos, pongo mucha pasión en todo lo que hago, y esta vez no iba a ser menos. Iba a poner todo lo posible de mi parte y a confiar en el tratamiento de quimioterapia que me proponían para eliminar de mi cuerpo la enfermedad.
Comencé la quimioterapia junto a un cambio radical en mi vida. Cambié de alimentación, comencé a realizar ejercicio físico y a aplicar algunas terapias naturales que me ayudaron a conseguir calma mental y paz. Me convertí en parte activa de mi enfermedad.
Tras finalizar la quimioterapia, el cáncer había desaparecido, contra todo pronóstico.
¿Cuáles fueron mis recetas anticáncer? Básicamente fueron: rica comida, amor y paz interior. El final de esta enfermedad no siempre es feliz y siempre que nos enfrentemos a ella la sombra de la muerte estará en nuestra mente, pero tenemos que intentar mantener alejada esa sombra y disfrutar de cada momento que nos ofrezca esta maravillosa vida. Disfrutar del aquí y del ahora, y no pensar en el mañana. El mañana siempre es incierto, tengas o no tengas cáncer. CARPE DIEM, aprovecha el momento, decían los chicos de la película El Club de los Poetas Muertos. En esta vida solo hay una cosa segura: todos moriremos. Lo demás puede cuestionarse, pero la muerte es un hecho incuestionable. La única diferencia de una persona con cáncer respecto al resto de la población es que ésta es más consciente de que la muerte puede sobrevenir en un futuro cercano. Sin embargo, a una persona súper sana la puede atropellar en cualquier momento un vehículo y causarle la muerte inmediata. No sabemos cuándo llegará nuestro momento de abandonar esta vida. Por eso, debemos aprovechar cada instante, saborear cada minuto, vivir plena y conscientemente esta vida.
En el hospital, la mayoría de pacientes preguntan a su oncólogo y a su enfermera si pueden hacer algo para mejorar su enfermedad, y qué pueden comer. La respuesta más común es «no hagas nada y come todo lo que te apetezca». A mí me dijeron lo mismo, pero me negué a creer que no podía hacer nada. Y desde ese momento me zambullí en las publicaciones científicas publicadas en los últimos años para intentar descubrir si había algo que yo pudiera hacer para hacer más efectiva la quimio y ayudar a mi cuerpo a sanar. Y voilà… Hay muchísimas cosas que podemos hacer, que son sencillas y están en nuestras manos. Las evidencias científicas demuestran que la alimentación y los cambios en el estilo de vida pueden ayudarnos a vencer y prevenir el cáncer.
Desde febrero de 2011 estoy empeñada en despertar conciencias, en enseñar la importancia de una alimentación sana y equilibrada para tratar el cáncer. La alimentación es la causante de uno de cada tres cánceres, así que imagínate el peso que tiene para prevenirlo y tratarlo. Con este empeño, comencé a escribir un blog, www.misrecetasanticancer.com, donde voy recogiendo todo tipo de información relacionada con la alimentación anticáncer y el tratamiento natural de éste. En octubre de 2011 sentí que con el blog no era suficiente para divulgar esta información y comencé a impartir talleres y conferencias con un único fin: ayudar a las personas con cáncer. Ahora he decidido recopilar toda la información que imparto en los talleres en forma de libro para que todo el mundo que lo desee pueda tenerla a mano. El resultado es Mis Recetas Anticáncer: Alimentación y Vida Anticáncer (Editorial Urano).
Han pasado más de dos años desde mi diagnóstico y vivo libre de enfermedad, llena de vitalidad y energía. Y lo mejor es que voy a ver cumplirse uno de mis mayores deseos: volver a ser madre. Estoy embarazada, contra todo pronóstico para la medicina convencional, y en pocos días veré la carita de mi segundo hijo.
Fuente: El Correo del Sol