¡Ya tenemos entre nuestros brazos al pequeño Iker!
Nació ayer. Aún no me puedo creer que tenga a esta personita entre mis brazos.
Es un sueño hecho realidad. Soñé con volver a ser madre cuando me diagnosticaron el cáncer, era un sueño a muy largo plazo pues lo principal en aquellos momentos era curarme, pero ese sueño siempre estuvo latente a pesar de la gravedad de la situación. Hoy, 3 años después ha llegado este bebé milagro, de forma espontanea. La quimio no pudo con mi ovario :-)
El parto fue maravilloso, tal y como lo había soñado. Fue un precioso parto en casa e Iker vino al mundo rodeado por su papi y su hermano. Qué diferente del anterior parto en el hospital: con ruidos, con prisas, con intervenciones innecesarias, sin respeto, sin paz.
Iker vino al mundo tranquilo y confiado. Nació en la bañera de casa y fui yo misma quién lo ayudó a nacer, quién le retiró la bolsa (nació dentro de su bolsa, lo que dicen que da buena suerte) y quién lo abrazó por primera vez. La matrona llegó para el alumbramiento de la placenta pues fue un parto muy, muy rápido.
Un parto lleno de amor y paz. Un parto salvaje cuan mamífero que nace siguiendo los instintos tanto maternos como filiales. En resumen, fue el parto que yo había soñado. Una vez más confío en la frase "si crees en los sueños, ellos se crearán".
Su hermano, Nacho, pudo asistir al nacimiento y ayudó mucho en el postparto. No os podéis imaginar lo emocionado que estaba. Estaba pletórico y exultante al conocer a sus hermano.
En fin, un día muy feliz que quería compartir con vosotros, pues sé que compartís plenamente mi alegría.
