lunes, 11 de noviembre de 2013

Cáncer de endometrio: relación con la alimentación y los estilos de vida

No fumar, mantener un peso normal, seguir una dieta saludable 
y tener un alto nivel de actividad física pueden prevenir 
más del 40% de los casos de cáncer de endometrio.



Un cáncer muy habitual en las mujeres, el de endometrio, guarda relación con la nutrición, aunque también con la actividad física. 
Este cáncer es muchísimo más común en países con altos ingresos, lo que lleva a pensar que quizá haya factores del estilo de vida implicados en su desarrollo. Por ello, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF, en sus siglas en inglés) y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (AICR) han llevado a cabo una extensa revisión de la literatura científica disponible al respecto y de sus conclusiones vamos a hablar hoy.

El cáncer de endometrio (la mucosa que recubre el interior del útero) es el cuarto tumor más común en mujeres. Suele afectar a mujeres posmenopáusicas y, por lo general, se diagnostica a partir de los 50 años. Por suerte se trata de un tipo de cáncer con un buen pronóstico en países desarrollados.


Factores relacionados con el cáncer de endometrio:
  • El hecho de no tener hijos incrementa el riesgo de sufrir este tipo de cáncer.
  • Existe una gran relación entre el exceso de peso y cáncer de endometrio
  • El sedentarismo aumenta el riesgo de padecer este cáncer
  • Una alimentación basada en alimentos con alta carga glucémica también se ha relacionado con este cáncer.
  • El consumo de tabaco también aumenta el riesgo de padecer cáncer de endometrio.
  • El consumo de café puede prevenir este cáncer


Obesidad y sobrepeso
El incremento del riesgo asociado al exceso de peso (que se observa tanto si se tiene en cuenta el Índice de Masa Corporal -IMC-, el perímetro abdominal o la ganancia de peso en la edad adulta) se cree que se debe a que el cuerpo segrega una serie de sustancias que pueden promover el crecimiento de las células cancerígenas, tales como hormonas, factores proinflamatorios y factores de crecimiento.

Actividad física contra el cáncer de endometrio
La actividad física puede reducir las posibilidades de sufrir este tipo de cáncer. Los beneficios de la actividad física en la prevención del cáncer de endometrio pueden atribuirse a diversos factores, uno de los cuales es que quien hace mucho ejercicio físico tiene menos posibilidades de sufrir obesidad. La buena noticia es que cualquier tipo de actividad física resulta beneficiosa para prevenir este tumor. Así, mientras realizamos las tareas del hogar, caminamos, vamos en bicicleta o si desempeñamos un trabajo activo, disminuimos las posibilidades de tener un cáncer de endometrio.
Hasta cuatro de cada diez casos de cáncer de endometrio se pueden prevenir si se mantiene un peso saludable y se sigue un estilo de vida activo (con un mínimo de 30 minutos de actividad física cada día). A ello habría que añadir el efecto del tabaquismo (que incrementa el riesgo de forma clara) y el de la alimentación.

Cáncer de endometrio: alimentación para prevenirlo
Se ha demostrado una relación entre la carga glucémica de la dieta y el consumo de café. Por una parte, los estudios revelan que quien toma café presenta menos riesgo de padecer la enfermedad. No obstante, el WCRF/AICR considera que no existe suficiente información como para recomendar el consumo de café como medida de protección.
Por otra parte, la carga glucémica aumenta el riesgo de sufrir esta dolencia. La carga glucémica es una medida que indica la cantidad de glucosa disponible para utilizar o almacenar tras la ingesta de un alimento que contenga carbohidratos. Así, una dieta con una alta carga glucémica se traducirá en altas cargas de glucosa sanguínea que, si no es utilizada, se almacenará. Ello aumenta, además, nuestros niveles de ciertas sustancias que estimulan la división de las células cancerígenas o que incrementan la oxidación celular.

¿Qué alimentos tienen una alta carga glucémica? Los alimentos ricos en azúcares (como los refrescos), los alimentos muy procesados y refinados como pasta blanca, pan blanco, bolleria, pastelería, patatas fritas y como no azúcar blanquilla.  Para reducir el riesgo, hay que disminuir al máximo nuestra ingesta de tales alimentos. 

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