Los alimentos que elegimos para nuestros menús son muy importantes, pero no menos importante es el material donde almacenamos o cocinamos esos alimentos o como los preparamos.
Hoy quiero centrarme en el tema de dónde los almacenamos y sobre todo hablar del agua que bebemos.
A diario, en nuestro país se venden miles de botellas de plástico de agua embotellada con el handicap de que estos recipientes liberan sustancias nocivas que se comportan como disruptores endocrinos y a la larga pueden aumentar nuestro riesgo de padecer cáncer hormonodependiente: mama, próstata, ovario y testículo.
Cuantas más veces rellenemos la botella y cuanto más tiempo pase esta expuesta al sol, más cantidad de disruptores endocrinos estaremos ingiriendo. Si os fijáis en las botellas de agua, nos advierten que no debemos rellenarlas. El motivo no es solo porque así venden más, sino porque si lo hacemos, más sustancias tóxicas estaremos ingiriendo.
Si las botellas estuviesen fabricadas con plástico número, 1, 2, 4 o 5 de forma exclusiva, por ejemplo 100% de PET parece que no habría restos de bisfenol A y otros disruptores, pero resulta que cuando en una botella o cualquier plástico te indican que el plástico es de tipo 1, 2, 3.... eso solo indica que el plástico mayoritario es ese, pero existen otros 600 compuestos más en ese plástico no declarados. Así que parece que aunque un plástico indique es del número 5 o polipropileno, considerado el más seguro, ese plástico no es solo polipropileno, sino que puede tener un % de PVC, PC, PS, etc y muchas otras sustancias que pueden ser tóxicas.
No solo los plásticos nos afectan a nosotros, también al medio ambiente.
Las botellas de plástico desechables son una importante fuente de contaminación ambiental y de peligro para los animales. El plástico tarda cientos de años en degradarse y es peligroso para los seres vivos, incluso en forma de micropartículas. Grandes cantidades de plástico terminan en los océanos, donde ponen en peligro la vida marina y pueden llegar también a las personas a través de la cadena alimentaria.
150.000.000.000 (billones) de litros de agua embotellados en plástico es la cantidad que se consume en el mundo cada año. Y desde hace ya muchos años, esta cantidad aumenta anualmente. La mayor parte (más del 70%) de las botellas de agua de plástico no se reciclan y terminan en vertederos o en los océanos. Una botella de plástico tarda más de 700 años en descomponerse.
Mirad esta mini conferencia del Dr Olea sobre plásticos y salud
Y, ¿ahora qué? ¿Dónde transportamos el agua? Mirad que alternativa he encontrado
"Botellas de materiales saludables: Botellas de cristal o de acero inoxidable". Conasi nos ofrece dos marcas que garantizan la ausencia de tóxicos y son las que estamos usando en casa.
- Botellas de cristal puesto que el cristal es el material más atóxico que podemos utilizar. Le sigue el acero inoxidable, el cual además es irrompible. La marca Thank you ofrece botellas de cristal y tapón de madera sin tóxicos.
Podéis comprarlas en Conasi
- Botellas de acero inoxidable - Klean Kanteen con Tapón de acero inoxidable: Decorado con bambú.
¡También una buena noticia!
Vender botellas de plástico ya está prohibido en algunos lugares del mundo (San Francisco, Parque Nacional del Gran Cañón, Concord en Massachusetts, Bundanoon en Australia, Universidad de Seattle etc.).
Esperamos que le sigan muchos otros lugares.
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Botellas sanas para beber sin tóxicos… Podéis comprarlas en Conasi