Hoy os traigo un testimonio que os va a llegar al corazón de una seguidora que ha tenido una experiencia muy positiva con el cáncer. Se llama Mireia y esta es su historia, en primera persona....
Conocí muy brevemente a Odile en una firma de libros en un Sant Jordi 2014 en Barcelona. Justo me habían diagnosticado un linfoma Folicular estadio IV. Yo casi no pude articular palabra de lo asustada que estaba por el diagnóstico pero recuerdo que Odile me dijo: "pues yo te veo estupenda!" y esa frase y la información en su libro me abrieron la puerta de la esperanza.
Quisiera compartir mi experiencia hasta ahora con el cáncer y espero dar un chute de esperanza a vuestros corazones.
Tras el diagnóstico. Buena cara delante de los pequeños... Aunque por dentro temblase de puro pánico |
Con 35 años y madre de dos bebes de 2 y 1 año aparece la amenaza de cáncer. En Febrero 2014 me diagnostican un linfoma folicular Estadio IV, médula afectada. Al tratarse de un linfoma de bajo grado y estar asintomática deciden proceder al protocolo de "watch and wait"(no actuar hasta presentar síntomas). El hecho de no actuar me causó mucho estrés y ansiedad pero leer el libro de Odile me ayudó a entender que hay mucho que podemos hacer como pacientes.
En mayo 2014 realizan un Pet Tac y algunas adenopatias muestran reducción y alguna otra aumento. La médula ya no aparece afectada pero los médicos me dicen que podría ser por la máquina....
Profundizo en la dieta que ya había empezado y otros tratamientos alternativos así como la meditación. Empiezo a notar cambios y ya no me duelen los huesos ni me crujen mis articulaciones. Me siento más fuerte que nunca y desaparecen mis miedos a morir.
En junio 2015 llega el tac de control anual. Todas mis adenopatias han reducido hasta tres veces su tamaño y la más grande mide 12mm en abdomen. Cuando pregunto cuál es el tamaño normal en esa zona (abdomen) , mi hematólogo me dice que hasta 10mm. pero según la escuela hasta 15mm.
Tras el TAC |
Cuando le hablo de remisión espontánea me responde con prudencia. Me dice que es casi imposible y que puede que en mi próximo Tac aparezcan mucho más grandes y no quiere que me venga a abajo pero yo sé y siento que aquí ha pasado algo.
Quizás algún día me digan esas palabras mágicas: Remisión espontánea! Aunque en realidad, nada cambiará porque yo seguiré con esta filosofía de vida que tan bien me sienta. Así que con cáncer o no, me siento sanada!
Una vez leí: "Nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es tu única salida" así que mucha fuerza para aquellos que estéis en pleno tratamiento, para aquellos que tengáis algún familiar, o para aquellos como yo que tienen la incertidumbre de como saldrá el próximo TAC.
Confiar en tu cuerpo y mente, mantener una actitud positiva y nunca perder la esperanza, creo son las claves para poder disfrutar de la vida con plenitud pese a ser diagnosticado de cáncer.
No es que aconseje tener cáncer pero para mí, ha sido una auténtica bendición! y agradezco al cáncer por llamar a mi puerta porque amo y siento la vida más que nunca.
Tras 20 años de menospreciarme a mí misma y una baja autoestima, he hecho un giro radical gracias al cáncer. Algunos lo han descrito como salto cuántico, aunque yo lo llamo despertar.
El cáncer para mí ha sido una colleja bien dada para darme cuenta de lo maravillosa que es la vida y amarme con todas mis virtudes e imperfecciones. Por lo tanto, para mí, cáncer no es una enfermedad sino más bien un "collejón" por haber descuidado tanto a mi cuerpo como a mi alma.
He pasado de comer 3 veces al día carne a ser vegetariana. No tomo ni lácteos ni gluten ni azúcares. De ser atea, a meditar a diario y sentir que hay algo maravilloso en todos nosotros, llámalo Dios, fuente,... es lo mismo.
Gracias a mi terapeuta y la meditación he descubierto a mi verdadero YO. He dejado atrás a aquella mujer que pretendía agradar a todo el mundo y me he permitido ser. Algo tan sencillo pero a la vez tan complicado en esta sociedad en la que vivimos.
Gracias al cáncer SOY, por eso digo que ha sido una BENDICIÓN!
Y este camino no lo recorro sola. Tengo la fortuna de ir de la mano de mi familia, de mis amigos (los de verdad) y de gente nueva que he conocido en esta nueva etapa. Gracias a mi donante de leche materna por esos tarros llenos de vida y a los profesionales de medicina alternativa que ven más allá de lo que dictan los protocolos y las estadísticas.
Y por supuesto, gracias a mis dos hijos por darme la fuerza para tirar para adelante cuando creía hundirme.