Buenos días y gracias por tu libro y tu web.
Me encantó leer a alguien tan lúcida y de mi misma profesión.
Mi experiencia con el cáncer también me permitió hacer cambios en mi vida y por eso no reniego de esa época sino que la veo como un aprendizaje. Como decía mi abuela: "Lo que no te mate, te fortalece" y yo emegí de esa situación siendo mejor.
En el año 2012 creía ser feliz, tenía un trabajo que me apasionaba (directora de hospital), mis hijos estaban medianamente encaminados y tenía planeadas unas vacaciones en Italia durante un mes con mis dos hijos menores, pero... ¡¡me equivocaba!! El diagnóstico (luego de algunas vicisitudes en las que no me detengo para no hacer más larga la historia) fue de linfoma no Hodgkin de células B grandes con metástasis en suprarrenal y pleura.
Tras superar los primeros momentos de incertidumbre supe que tenía muchas posibilidades de sobrevivir pero, para eso, no solo debía encarar el tratamiento convencional sino también descubrir que me había llevado a esa situación.
Comencé un camino de descubrimiento y superación psicológica que me llevó a hacerme cargo de varios problemas que no quería ver: mi trabajo (en el que era muy buena) exacerbaba dos de mis grandes defectos: el perfeccionismo y el afán de control; mis hijos esperaban que yo solucionara todos sus problemas sin hacer nada para ayudar. Gracias a mi terapia psicológica pude hacer las paces con algunos problemas del pasado y cambiar.
En cuanto a la parte física, yo ya era vegetariana pero seguía comiendo muchos dulces y alimentos procesados, así que comencé a poner más atención a mi alimentación y comencé a caminar de forma regular, llegando a corre-caminar 5 km en una carrera en mi pueblo.Trato todos los días de manejar el estrés haciendo Reiki y meditación.
Te agradezco tu testimonio porque hablar ayuda a los demás a no desanimar.
Besos (espero no ser demasiado confianzuda pero a partir de ahora eres uno de mis "amarillos" como dice Albert Espinosa, otro sobreviviente lúcido)