Sigo contándoos nuestro viaje por Tailandia con los tres peques. Tras decir adiós a Bangkok, tomamos rumbo al norte del país y hacemos noche en Ayutthaya, ciudad patrimonio de la humanidad
Día 6. Ayutthaya
Ayutthaya es una ciudad muy bonita y relativamente cercana a Bangkok. Hay gente que hace la visita y vuelve a Bangkok en el día, pero a nosotros nos parecía una paliza con los peques, así que preferimos dormir en Ayutthaya y visitarla relajados.
Ayutthaya fue la histórica capital del Reino de Siam (antigua Tailandia) y es famosa por albergar uno de los complejos arqueológicos más importantes del sudeste asiático.
En 1767 el ejército birmano invadió la ciudad y arrasó con todo lo que pudo y la saqueó, así que lo que vamos a encontrar son ruinas del antiguo reino. Son muchos los templos que se pueden visitar, nosotros vimos los que nos habían recomendado en Naai Travels, más alguno otro más. Tenéis la opción de visitarlos en bici de alquiler o en Tuc-tuc, nosotros elegimos la segunda opción, pues hacia mucho calor para pedalear y llevar a dos peques.
Por la mañana cogimos un tuc-tuc en la puerta del hotel con el que pactamos visitar 3 templos para después volver a medio día, comer y darnos un refrescante baño en la agradable piscina del hotel. Y por la tarde otra tanda de templos en tuc tuc.
Wat Yai Chai Mongkhon
Fundado en 1357, El Wat Yai Chai Mongkhon (o Mongkhol) fue uno de los primeros y más importantes templos de la ciudad. Este templo destaca por su enorme estupa a la que se puede subir para disfrutar de las vistas. La estupa está custodiada en todo su perímetro por decenas de figuras idénticas de buda, y dos dudas un poco más grandes parecen vigilar al resto.
La familia "cumple sueños" |
Lo que más llama la atención del templo es su enorme Buda reclinado. Mide unos 7 metros y fue restaurado en 1965. Dicen que si le tocas los pies y le haces una ofrenda te dará suerte.
Es uno de los templos más famosos de Ayutthaya y un icono de Tailandia ya que en estas ruinas
esconden un pequeño y legendario tesoro: el ‘Buda sonriente en las raíces’, una cabeza de piedra entrelazada con las raíces de un enorme arbol de la familia de la higuera. Y no se sabe cómo llegó aquí. El árbol en el que reposa esta figura se llama Bodhi y es el árbol sagrado de la vida para los budistas, bajo el cual se cree que se sentó Buda a meditar antes de alcanzar la iluminación. Me siento afortunada por haber podido sentir la magia de ese lugar. Como veis ese día me puse mi camiseta con mi frase favorita: "Si crees en los sueños, los sueños se hacen realidad. Nunca dejes de soñar"
Wat Phanan Choeng
Este templo no está en ruinas, pero hay que visitarlo sí o sí. Es el templo para hacer méritos por excelencia. En el templo encuentras tailandeses haciendo ofrendas y rezando por doquier, monjes bendiciendo, un trasiego continuo de peregrinos repartidos por las diferentes salas, centenares de imágenes de buda, campanas para llamar a la felicidad, peces descarados que se ponen las botas con una especie de gusanitos que les ofrecen los niños... un templo caótico que no os debéis perder.
En este templo se ganan los puntos de karma.... pero bromas aparte... ¿qué es el karma?
Karma (कर्म): = “Ley Universal que nos enseña que por cada acción nuestra habrá una reacción lógica. Todos nuestros actos tienen una consecuencia.”
“Concepto que resume el principio de la causalidad del universo, similar a la de la ciencia moderna, en donde cada acción tiene su correspondiente resultado. Incluye, además, los aspectos espirituales, tales como la sensación de felicidad, miseria, gentileza y crueldad”.
¿Ayudas a los demás de manera desinteresada? ¿Eres una persona compasiva? ¿Qué siembras a tu alrededor, amor y alegría o por el contrario odio y destrucción? Dicen que la ley del karma siempre se cumple, si nuestras acciones son bondadosas y desinterasadas generaremos buen karma y vendrá cosas buenas a nuestra vida. Si por el contrario somos egoístas y crueles generaremos karma negativo y la vida nos lo devolverá. Por eso, me hace gracia esa visión "supersticiosa" de los tailandeses, tratando de ganar puntos de buen karma haciendo ofrendas en los templos, para después seguir con su vida normal sin tratar de hacer acciones generosas que generen realmente ese buen karma. Esas ofrendas materiales van en contra el autentico espíritu budista.
Monje bendeciendo tras recibir una ofrenda |
En el interior del templo se encuentra uno de los Budas más grande de Tailandia, de 19 metros de altura. A este Buda dorado se le conoce como Luang Pho Tho y es el guardián de los marineros. Según dice la leyenda, durante destrucción de Ayutthaya por los birmanos en 1767, las lágrimas brotaban de sus ojos sagrados y llegaban hasta su ombligo
Todos los días hay varias ceremonias donde se le coloca al Buda un velo naranja y se deja caer sobre los asistentes a la ceremonia (previo pago), los cuales se cubren con él mientras recitan mantras. Tras la ceremonia todos los asistentes son bendecidos por un monje. Nosotros, of course, participamos en la ceremonia como un tailandés más... ya sabéis "donde fueres, haz lo que vieres"
Velos para las ofrendas a Buda |
Gigantescas carpas demorando gusanitos |
En el templo encontramos la imagen de un monje que según dice la leyenda murió meditando. Es una escultura, pero está muy bien conseguido, parece real.
De aquí, vuelta al hotel para comer y descansar un rato. Y por la tarde vuelta al lío... como aún hacia calor decimos empezar con la visita al Museo Nacional Chao Sam Phraya, que nos mostró como de esplendorosa llegó a lucir la ciudad antes de ser arrasada. La visita al museo también nos vino bien para conocer un poco más las costumbres tailandesas.
Tras el museo, seguimos visitando templos y por el camino nos cruzamos con elefantes desfilando alrededor de las ruinas cargados de turistas haciéndose selfies. No me gustó nada la imagen
Nos acercamos a ver a los elefantes en primera persona, nos podéis imaginar la emoción de mis niños al ver elefantes caminando por la acera!! Pero al acercarnos nos entristeció verles encadenados, implorando comida o decorados para hacerse un selfie con turistas.
La siguiente visita la hice sola, ellos tenían mucho calor y prefirieron descansar bajo la fresca sombra de un enorme árbol al que Nacho no tardó en trepar
Este templo es poco visitado, está en ruinas y es pequeño.... pero para mí fue muy especial. Entre al templo sola, no había nadie visitándolo, reinaba el silencio solo interrumpido esporádicamente por el canto de los pájaros, decenas de budas decapitados en posición de meditación, multitud de piedras apiladas, silencio, quietud, paz.... la escena invitaba a sentarse a meditar.... y así hice. Yo sola, disfrutando del sosiego del momento.... fue indescriptible.
Siguiente parada.... WAT PHRA SI SAN PHET
Este monasterio fue el templo más importante del parque histórico y estaba situado dentro de los terrenos que formaban el Palacio Real. Como curiosidad, sirvió como modelo para construir el Templo del Buda Esmeralda en Bangkok del que ya os he hablado. Este templo destaca por sus estupas o chedis a las que Nacho y yo escalamos una a una
Y de aquí cogimos un tuc tuc para visitar el mercado flotante.... pero nos decepcionó tanto que no hice ni fotos....
De vuelta al hotel, les dejé relajándose en la habitación mientras me daba un masaje en un centro del barrio donde estábamos alojados. Ví que acudían solo tailandeses a ese centro de masajes y quise lanzarme a vivir en carne propia como es un auténtico masaje tailandés, dado por tailandeses para tailandeses.... y bueno, decir que me faltó llorar, qué dolor, como apretaban mis músculos, tendones y fascias.... cuando llegué el chico al que estaban dando el masaje a mi lado, gritaba cada vez que le apretaban en los gemelos y pensé "exagerado... es un hombre, él no ha parido, no sabe que es el dolor...." cuando me tocó mi turno, aguanté los gritos y las lágrimas para no tragarme mis palabras, pero me dieron ganas.... la chica que me dió el masaje era menuda, pero no os podéis imaginar como me retorcía!! En el techo, justo encima de mi colchoneta había una barra y al principio no entendía para que era... minutos después mi masajista andaba sobre mí cogida con los brazos a la barra.... dolor.... eso sí, cuando me levanté, ¡¡mi espalda era otra!! No había tensión, todos mis músculos parecían de plastilina, mi espalda chepada tras tantos años porteando niños en brazos se había enderezado!!! Increíble !!! Si queréis recibir un auténtico masaje huid de las zonas turísticas y preparaos para sufrir jejejeje
Para cerrar el día en Ayutthaya... una imagen que veréis mucho en Tailandia y que aquí está prohibida... los niños van en moto con sus padres, sea cual sea su edad y en la mayoría de ocasiones sin casco... Vimos familias de 5 miembros como la nuestra montados en una moto!!
Día 7. Chiang Rai
Desde Ayutthaya cogimos un avión a Chiang Rai, una pequeña ciudad en el norte del país que me cautivó a pesar de no ser una de las más turísticas. Es una ciudad que suele ser punto de partida para otras visitas, pero a nosotros nos gustó mucho. La sensación de calor aquí, es menor que en Bangkok y eso se agradece. La energía de mis niños subió de manera proporcional a la bajada de temperatura!!
Nos alojamos en el Wiang Inn, un hotel correcto, muy, muy céntrico.
Dimos un paseo por la ciudad y para tomar fuerzas paramos en una cafetería que ya desde la entrada nos cautivó... una cafetería con gatos!!! CAT 'n' A CUP Cat Cafe', una cafetería con preciosos y mansos gatos con los que puede juguetear (tratándoles con respeto) mientras te tomas un café de la zona. Os podéis imaginar la emoción de mis hijos, amantes de los animales.
Para cenar es ideal ir a la zona de restauración del Night Bazar, donde puedes cenar mientras escuchas música tailandesa o asistes a algún espectáculo. Este el mercadillo más barato que encontramos en todo el viaje... compré pantalones y algunos pañuelos.
Los templos muy bonitos. En uno nos quedamos a escuchar a los monjes recitar mantras y fue un momento de paz reconfortante
Antes de irnos a dormir.... MASAJE. En esta ocasión nos lo dimos juntos Iker y yo. A Iker le encantan los masajes casi más que a mí y se deja llevar, disfruta un montón del momento. Con lo que le gusta a los tailandeses los niños os podéis hacer una idea de los felices que estaban dandole el masaje
Darse un masaje en Tailandia es muy económico, 5 euros 1 hora aproximadamente. Hay centros de masajes por doquier. Mirad este cartel con los puntos de reflexología podal