En el post anterior hablábamos de las
especias y sus propiedades terapéuticas y hoy le toca el turno a las hierbas
aromáticas.
Las hierbas aromáticas son plantas muy
utilizadas en la cocina mediterránea por sus cualidades aromáticas y por su
capacidad para condimentar la comida. Se
suelen usar las hojas frescas o secas, siendo más terapéuticas las frescas. Las hojas secas concentran
mucho el sabor, por lo que deben ser usadas en cantidades moderadas. Además de potenciar
el olor y sabor de nuestros platos tienen múltiples beneficios para nuestra
salud, en especial el ajo, la cebolla y el romero. Los egipcios ya las
utilizaban con fines medicinales.
Es preferible consumir las aromáticas frescas. Puedes plantar un minihuerto de aromáticas en tu terraza y acostumbrarte a aderezar tus platos con ellas. También puedes usarlas para dar un toque aromático en repostería, en tus batidos y zumos. Con una pequeña cantidad es suficiente, lo importante es introducirlas en nuestra cocina diaria.
Las aromáticas y el cáncer:
En la cocina india y mediterránea son ampliamente utilizadas, y éstas son dos poblaciones con baja incidencia de cáncer.
Al acostumbrarnos a cocinar con
aromáticas reducimos el consumo de sal y grasas para hacer nuestros guisos más
sabrosos y con ello reducir el riesgo de padecer cáncer. El consumo de sal se
relaciona con el cáncer de estómago y el de grasas saturadas con el colon y mama.
Todas las aromáticas son potentes
antiinflamatorios que crean un ambiente hostil para el desarrollo del cáncer.
Entre todas las aromáticas, el perejil
destaca por su poder antiinflamatorio y antiangiogénico al ser rico en vitamina
C y E, apigenina, apiína luteolina, apiol y ácido petroselínico, importantes
fitoquímicos anticáncer.
Las plantas aromáticas más utilizadas
pertenecen a tres familias botánicas:
- Las aliáceas: ajo, cebolla, cebolleta, chalotas, puerro, etc.
- Las apiáceas: cilantro, hinojo, perejil, apio, etc.
- Las lamiáceas: mejorana, melisa, menta, orégano, ajedrea, salvia, tomillo, albahaca, hierbabuena, etc.
Albahaca: Se lleva muy bien con las
pastas, ensaladas, pizzas, tomate, berenjenas y calabacín. Es muy usada en la
cocina italiana y es la base de la salsa pesto
Picarla o cocinarla demasiado estropea su
intenso sabor. Se debe añadir al final de la cocción. Mejor fresca que seca.
Hinojo: Acompaña habitualmente al
pescado. Se recolecta silvestre y cuanto más calor hace más fragante es su
perfume. Es muy digestivo y está muy indicado contra los gases. Es muy popular en el mediterráneo el potaje de hinojo. Contiene mucho hierro, por lo que está indicado en caso de anemia.
Laurel: Las hojas frescas o secas se
utilizan para dar sabor a sopas y caldos. Las hojas se retiran antes de servir.
Menta y Hierbabuena: Tienen un sabor
refrescante. La menta es un magnífico aderezo de ensaladas, sopas, salsas,
potajes, infusiones y platos dulces. Se utiliza tanto fresca como seca, ya que
no pierde su aroma.
En Huelva con típicas las Habas con menta
poleo
Orégano y mejorana: Dos hierbas
parecidas, pero con sabores bastante diferentes. La
mejorana es dulce y delicada, mientras
que el orégano, variedad silvestre de la mejorana, es una hierba de sabor
intenso. Se utiliza en salsas. Se utiliza más seco que fresco, si se usa fresco
añadirlo al final de la cocción.
Perejil: Se cultiva en todo el mundo. Ya
se usaba en tiempos de griegos y romanos.
El perejil se utiliza siempre fresco. Hay
dos variedades, el liso y el rizado, este último tiene un sabor más suave. Es
un ingrediente básico en multitud de salsas. Da un sabor muy agradable a los
caldos y al pescado.
Es una de las plantas más ricas en
vitaminas A y C y en calcio, hierro y manganeso. Además, es diurética. Tiene
importantes propiedades anticáncer, por su alto contenido en apigenina
Romero: Es preferible utilizarlo seco, ya
que fresco puede tener cierto amargor y es un
habitual de carnes asadas, cordero, caza,
pescado. A mí me encanta el toque que le da a las verduras al horno. En infusión es útil para hacer la digestión, cuando hay problemas de diarrea. Es un excelente antibiótico, por eso se ha usado como conservante de la carne. Precaucion de uso en embarazadas y enfermos renales.
Tomillo: Se puede usar seco. Tiene un
sabor muy aromático. Se utiliza mucho para aderezar carnes, patatas y verduras.
En casa lo usamos para aliñar aceitunas y para aderezar el boniato al horno.
Las infusiones de tomillo nos ayudan a hacer la digestión, pero también son útiles cuando estamos resfriados pues nos ayuda a expectorar
Las infusiones de tomillo nos ayudan a hacer la digestión, pero también son útiles cuando estamos resfriados pues nos ayuda a expectorar
Ajo: Da a los platos un sabor y aroma
intenso. Es muy común en la cocina
mediterránea. Es un alimento que ya se consumía en
Egipto hace 5000 años y se usaba con fines medicinales. Galeno, ilustre médico
del imperio romano, se refería al ajo como el “curalotodo” y recomendaba a los
gladiadores que lo consumieran a diario por sus propiedades revitalizantes.
El ajo es de la misma familia que las
cebollas, las cebolletas y los puerros. Contiene al igual que ellas una gran
cantidad de quercetina, pero además contiene otra sustancia con propiedades
antitumorales: La aliína, un aceite esencial responsable del olor
característico del ajo. La aliína se convierte en alicina por una reacción
enzimática y esto ocurre cuando se aplastan o machacan las cabezas de ajo y es
la alicina la que tiene un gran poder anticancerígeno. Pero no sólo la alicina
es anticáncer, en el ajo hay más de 20 sustancias derivadas de la aliína con
propiedades anticáncer: ajoeno, sulfuro de dialilo, s-alil cisteína, s-metil
cisteína....
Además el ajo contiene oligoelementos
tales como hierro, selenio, zinc, magnesio, azufre y calcio.
Un aumento en el consumo de ajo se asocia
con una disminución del riesgo de sufrir cáncer de distintos tipos: esófago,
estómago, colon, páncreas, piel , pulmón y mama.
• Las
mujeres con un consumo alto de ajos en la dieta tienen 50 % menos posibilidades
de sufrir cáncer que aquellas que apenas lo consumen.
• El
consumo de más de 10 gramos de ajo al día, es decir unos 2 dientes de ajo, se
asocia con una disminución del riesgo de padecer cáncer de cualquier tipo.
• Ayuda
a eliminar sustancias potencialmente cancerígenas del organismo, evitando así
el riesgo de desarrollar cáncer.
• Ayuda
a reparar daños en el ADN celular evitando así mutaciones cancerígenas
• Inhibe
la proliferación celular.
Otras propiedades terapéuticas del ajo:
Es antibacteriano, antivírico y
antifúngico, ayudando así a combatir todo tipo de infecciones. Tiene
propiedades anticoagulantes.
Consumo:
Debemos consumir entre 2 y 4 ajos al día
para plantar cara al cáncer.
Aplastar los dientes enteros con la parte
plana de un cuchillo y dejarlos reposar 10 minutos antes de picarlos. De esta
manera se activan las sustancias anticancerosas.
La cebolla
"Cada cebolla que tomamos alarga un día de vida nuestra existencia", dice un sabio dicho popular.
Las cebollas son ricas en vitaminas B y C y en minerales, sustancias muy importantes para que funcione nuestro sistema antioxidante y eliminemos los dañinos radicales libres.
Activan la secreción de los jugos digestivos, favoreciendo el mantenimiento de la flora intestinal, ayudando así a la eliminación en general de toxinas en nuestro organismo.
Nos ayuda a eliminar tóxicos de nuestro organismo como el benzopireno. Si te invitan a una barbacoa y no puedes reusar la invitación recuerda tomar después mucha cebolla, por ejemplo una sopa de cebolla.
Es rica en quercetina, un fitoquímico con propiedades anticáncer. La más rica en quercetina es la roja, por lo que preferiremos la roja a la blanca en nuestra cocina
La cebolla es muy útil para regular los niveles de colesterol y prevenir las enfermedades cardiovasculares, prevenir la osteoporosis y prevenir el envejecimiento celular .
Consumo:
Sería conveniente consumirlas a diario para aprovechar sus excelentes propiedades antitumorales.
La cebolla cruda puede dar problemas digestivos a algunas personas, por lo que puede ser conveniente tomarla cocinada aunque su contenido en quercetina disminuya. Otro truquillo para eliminar el sulfuro de alilo, responsable de que nos haga llorar y de sus molestias digestivas, es cortarla en gajos y dejarla en remojo con agua templada y vinagre de manzana unas horas.
Dra. Odile Fernández. Médico de Familia, Superviviente de Cáncer. Autora del blog "Mis Recetas Anticáncer"
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