jueves, 9 de septiembre de 2021

EL EJERCICIO PREVIENE EL CÁNCER, CONTROLA LA PROGRESIÓN DE LA ENFERMEDAD Y MEJORA LA CALIDAD DE VIDA DE LOS PACIENTES

El ejercicio en cáncer no sólo es saludable sino terapéutico, es decir es un tratamiento más para los pacientes con cáncer.

En pacientes con cáncer, la actividad física se relaciona con una menor probabilidad de recidiva y una mejor supervivencia global.


¡¡La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) por fin, recomienda la practica de ejercicio físico de manera habitual, proponiendo incorporar la actividad física en el día a día de pacientes y médicos, instando a estos últimos a su prescripción!!!

Papel del ejercicio físico en el cáncer
El ejercicio puede ayudar a prevenir el cáncer, controlar la progresión de la enfermedad, interactuar con los tratamientos antineoplásicos, y mejorar el funcionamiento físico y los resultados psicosociales de los pacientes, según concluye el artículo Exercise and cancer: a position statement from the Spanish Society of Medical Oncology, el posicionamiento de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) sobre ejercicio y cáncer, publicado en la revista científica Clinical & Translational Oncology (CTO).

El ejercicio físico regular previene el desarrollo de numerosos tipos de tumores o incluso enlentecer su crecimiento a través de varios mecanismos. Además, en gran medida los beneficios del ejercicio son dosis-dependientes, es decir, cuánto más mejor, o al menos, llegado a un punto, ya no obtenemos más beneficios pero tampoco perjuicio alguno, por lo que desaconsejar el ejercicio sería un gran error. 

Sistema inmune, ejercicio y cáncer
El ejercicio estimula la función inmune, en especial a las Natural Killers (NK). Estas células representan una primera línea de defensa o vigilancia de nuestro organismo contra la invasión de microorganismos y el desarrollo de tumores. 

El ejercicio favorece, incluso de forma aguda, tras unas sola sesión, la movilización de estas células hacia los tumores e incluso la capacidad citotóxica (o ‘de matar’) de las mismas

Músculo, miokinas y cáncer
Los músculos en contracción liberan a la sangre unas sustancias denominadas colectivamente como ‘miokinas’, que tienen la capacidad de alcanzar muchos tejidos y células, algunas incluso actuando sobre las células tumorales (vg, SPARC, interleucina 6 u oncostatina M), inhibiendo su proliferación y ejerciendo un cierto efecto quimioterápico. Además, muchas ‘miokinas’ tienen un efecto anti-inflamatorio.

A más ejercicio, menos inflamación
Cuando hacemos ejercicio físico reducimos los niveles de inflamación tisular. la inflamación crónica sistémica mantenida a lo largo de los años incrementa el riesgo de padecer muchos tipos de tumores y de enfermedades crónicas de nuestro tiempo
El ejercicio ademas reduce la adiposidad, sobre todo, en la grasa visceral, con lo que se liberan menos ‘adipokinas’ al torrente sanguíneo, que al contrario que las miokinas, suelen tener un efecto pro- inflamatorio.
Por último, cuando hacemos ejercicio, liberamos adrenalina a la sangre, que es capaz de inhibir vías de señalización específicas del cáncer de mama.

Prevención primaria
Se ha demostrado una menor incidencia de casi todos los tumores malignos en las personas con mayor nivel de actividad física, en especial de mama, colon y endometrio. 


Cantidad de ejercicio
El mínimo ejercicio recomendable de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es decir 150 minutos/semana de ejercicio físico moderado o 75 minutos/semana de ejercicio físico intenso, ya muestra efectos beneficiosos para algunos tumores, como el cáncer de mama, aunque el mayor beneficio probablemente requiere mayor actividad física. A este respecto, las recomendaciones de la OMS invitan a las personas que llegan a cumplir con ese mínimo a duplicar esa cantidad de ejercicio físico hasta los 300 minutos/semana de actividad moderada o 150 minutos/semana de actividad intensa y a realizar al menos dos veces a la semana ejercicios de fortalecimiento de los grandes grupos musculares

Ejercicio y pronóstico del cáncer
Diversos estudios observacionales, la mayoría realizados en cáncer de mama y cáncer de colon, sugieren que la actividad física se relaciona con una menor probabilidad de recidiva y una mejor supervivencia global. 

El ejercicio en pacientes oncológicos es factible, seguro y efectivo, independientemente de la fase de la enfermedad en que nos encontremos

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Esta es la duración y la intensidad del ejercicio recomendada por la SEOM



Dra. Odile Fernández. Médico de Familia, Superviviente de Cáncer. Autora del blog "Mis Recetas Anticáncer"